Un espectáculo excepcional con mas de 60 artistas con habilidades circences de diferentes nacionalidades.
Esto es lo que sucede con Kooza, el montaje que trae al prestigioso Circo del Sol a una residencia de cuatro meses a Punta Cana de la mano del empresario artístico dominicano Saymond Díaz y su compañía SD Concert con el apoyo de diversos sectores públicos y privados. En pleno Downtown la franquicia montó una gran carpa y allí afloró la magia.
Una historia bien contada desde el inicio, actos de malabarismos, contorsionismo, acrobacias, elasticidad, combinados con el humor de sus bufones, música en vivo y la más alta tecnología, todo esto, más la característica multicultural de Punta Cana (por la cantidad de turistas y residentes de diversos países) hace sentir a los asistentes en un escenario de Nueva York, Toronto o Las Vegas.
Kooza inició pasadas las 4 de la tarde. Desde la entrada era notoria la emoción del público que presagiaba que iba a disfrutar de una buena dosis de circo. Y así fue.
Entre fortaleza y fragilidad, risas y sonrisas, alboroto y armonía, Kooza explora los temas del miedo, la identidad, el reconocimiento y el poder.
Kooza cuenta la historia de Inocente, un solitario y melancólico personaje que busca su lugar en el mundo. Con él se abrió la función en Punta Cana, provocando las primeras emociones. Una mezcla de risa y en algunos momentos empatía. El personaje despertó sentimientos variados.
Con él como hilo conductor cada personaje fue saliendo a escena, uno más sorprendente o hilarante que el anterior. Menciones especiales para los números Aro Aéreo, Uniciclo, Alambre Alto, Rueda de la muerte, Manipulación de Aros y Balanceo en sillas; estos fueron los actos que despertaron más algarabía entre los asistentes. El público no pudo dejar de aplaudir o asustarse.
A pesar de que hay muchos intérpretes en Kooza, hay seis personajes primarios esenciales dentro del espectáculo, precisamente los de tono de humor.
Ellos son: el Trickster, el Inocente, el Rey (representa al “Rey de los tontos”), a quien siempre se le ve acompañado de sus compañeros, los payasos, Heimloss, quien está en cargo de toda la maquinaria en Kooza, y el Perro Malo.
El espectáculo se desarrolla en un mundo visual exótico y electrificante lleno de sorpresas, emociones, audacia e inmersión completa en una gran carpa de 20 metros de alto y un diámetro de 51 metros, que se levantó en un terreno de más de 17,000 metros cuadrados en el centro de Punta Cana, con ayuda de 70 personas, locales y extranjeros, que empujaron a la vez los más de 100 postes que la sujetan.
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